viernes, 21 de enero de 2022

Las ventajas de instalar aislamiento térmico

 ¿Estás pensando en mejorar el aislamiento térmico de tu vivienda? Te contamos por qué puede ser una muy buena idea instalar un buen aislamiento aprovechando la reforma de tu vivienda.

La mayoría de las viviendas de nuestro país posee un aislamiento térmico deficiente. Muchos edificios son antiguos, y otros se han construido primando el ahorro.

Un buen aislamiento térmico es una mejora sustancial en la calidad de vida. No es una mejora visual, y por eso muchas personas no le dan la importancia que se merece. Pero es una inversión que merece la pena, por los siguientes motivos:



Ahorrarás dinero

Un buen aislamiento térmico hace que ahorres en la factura de la calefacción. La casa pierde mucho menos calor, y hace falta menos gasto en calefacción. El ahorro puede llegar a ser muy importante si instalamos unas buenas ventanas, y un aislamiento en las paredes.

Una vivienda más eficiente energéticamente

El aislamiento de la vivienda es uno de los factores más importantes a la hora de catalogar una vivienda energéticamente. Aparte de que necesites menos energía para conseguir una vivienda confortable, conseguirás una mejor calificación energética. Eso ayuda a la hora de vender la casa, o alquilarla.

Menos ruido

Una mejora en el aislamiento térmico conlleva también una mejora en el aislamiento acústico. Vivirás más tranquilo sin ruidos de los vecinos, ganando en calidad de vida. Hay que cerciorarse de que los materiales empleados en la reforma son los mejores para aislar bien tanto térmicamente, como acústicamente.

 


Tipos de aislantes térmicos.

Existen multitud de soluciones para aislar térmicamente tu vivienda, casa o local.  Los aislantes térmicos más habituales en las reformas de Madrid, son los siguientes:

Lana de roca.

Es, sin duda, el aislante térmico más usado en las reformas. Funciona muy bien para aislar temperatura y ruido. No es inflamable.

Lana de vidrio.

Se trata de filamentos de vidrio aglutinados. Es simular a la lana de roca, es ignífugo y soporta muy bien la humedad. Lo hay en mantas y en paneles.

Espuma de poliuretano.

Es uno de los más empleados. Se aplica con una pistola y crea una capa aislante que se pega muy bien a casi cualquier superficie, y se hincha. Casi no absorbe la humedad, y rellena muy bien los huecos. El resultado una vez seco es una espuma rígida que aísla muy bien tanto térmica como acústicamente. 

Poliestireno expandido.

Es el clásico “porexpan o corcho blanco”. Es muy ligero y funciona bien como aislante térmico. El poliestireno extruido es similar, pero puede mojarse y soporta bien las inclemencias del tiempo. Por eso, es habitual emplearse en tejados.