Parecida
confusión a la ya descrita entre pavimentos y suelos, es la que existe entre
revestimientos y recubrimientos. No obstante, cuando se habla de revestimientos
de obra se suele designar aquellos materiales que se sobreponen a las
superficies de una construcción para darles un aspecto, calidad y resistencia
muy superior a la del acabado primario. Los pavimentos de que ya se ha hablado
son verdaderos revestimientos de suelo. Así como lo son para las paredes los
aplacados de piedra natural o artificial (y muy especialmente los alicatados a
base de azulejos), los empanelados de madera, los arrimaderos o zócalos de
diversos tipos de materiales (madera, estratificados, vidrio, fibrocementos,
piedras, mosaico hidráulico, etcétera). Los materiales elegidos como
revestimiento estarán acordes con las exigencias de los locales que han de
complementar y con la función que se les asigna. En las habitaciones donde
tiene lugar un consumo importante de agua y, particularmente de agua caliente
en los que ésta se evapora dando lugar a un grado de humedad importante, son
especialmente indicados los revestimientos cuya superficie no es fácilmente
alterable por el vapordel agua ni porsuscondensaciones. Los modernos materiales
estratificados responden perfectamente a estas exigencias, así como también
algunas pinturas, pero como un material tradicional para cocinas, «office» y
cuartos de baño, se vienen usando tradicionalmente en los países meridionales,
debido a su coste relativamente bajo y a la gran facilidad de colocación, los
azulejos.
Los
azulejos
Los
azulejos gozan de especial predilección como material de revestimiento de
paredes en aquellas habitaciones donde, debido a la índole del trabajo que se
realiza, se producen naturalmente muchas concentraciones de vapor de agua,
humos, vahos, etcétera. Los azulejos constituyen un material relativamente
barato, no sólo por su precio, sino por el excelente rendimiento que dan con el
tiempo, pudiendo ser objeto de innumerables lavados y lejíados y ofreciendo una
enorme resistencia al desgaste y a los abrasivos. Por otra parte, su colocación
es muy sencilla sobre un soporte revocado, e incluso sobre otra clase de
recubrimientos o revestimientos.
Existen
ciertas pinturas que admiten perfectamente la sobreposición de un alicatado,
siempre y cuando no den muestras de una falsa adhesión al soporte o se hallen
en mal estado (por ejemplo, las pinturas plásticas y sintéticas). En cambio,
las pinturas al temple, los encalados y otra clase de pinturas de baja calidad
se tendrán que eliminar, y dejar la pared en buenas condiciones, antes de
colocar sobre ella un alicatado de azulejos.
En la
actualidad, particularmente en algunos países en donde la fabricación de
azulejos es rara o deficiente y se tiene que recurrir a la importación, han
aparecido baldosas plásticas que imitan a los azulejos y que precisan para su
fijación un adhesivo en lugar de un aglomerante que es el material típico para
recibir los azulejos.
Los
aglomerantes que se emplean para colocar los azulejos son muy específicos y
consisten especialmente en una mezcla de yeso con un adhesivo incorporado.
También pueden recibirse los azulejos con un mortero de cemento y cal, tal cual
se hacía antiguamente, pero este trabajo, ya muy raro, no es el más aconsejable
para un aficionado que, con los productos que ahora puede hallar en el mercado,
podrá realizar cualquier alicatado de una manera muy sencilla.
Contrariamente
a lo usual en las baldosas que se remojan generalmente antes de proceder a su
fijación con el aglomerante, los azulejos se usan en seco. Pueden usarse dos
sistemas, según la clase de producto empleado. Realizando una especie de toques
en el dorso de la baldosa (es decir, no rellenándola toda con el aglomerante),
o bien esparciendo por la pared el aglomerante y luego pasando por encima de la
superficie ya preparada un peine (que se vende con la masilla o que nosotros
podremos improvisar a base de clavar una serie de clavos en un taco de madera).
Con este tipo de masilla no solamente se puede alicatar una pared revocada,
sino también hacerlo sobre un alicatado existente, con lo que nos evitamos el
trabajo de arranque del mismo con todas las secuelas de polvo y derribo
resultantes.
El
único problema serio que ofrece la colocación de un alicatado para un
aficionado es el corte y ajuste de las baldosas al llegar a los extremos de la
superficie, o para recibir en su seno algunos cuerpos empotrados o a mitad
salientes de la pared. Ahora bien, esta dificultad si bien exige atención y
cuidado en el caso de tenerlo que realizar con herramientas primarias, queda
completamente obviada si se dispone de una herramienta especial, cuyo coste
queda sobradamente compensado en el caso de tener que colocar solamente un par
de metros cuadrados, ya que se evitan por completo los estropicios que
inevitablemente se producen cuando uno no está ducho en la tarea.
Hay
que tener presente que los azulejos, debido a su capa de vidriado exterior, se
comportan prácticamente como el cristal. Por tanto, si se dispone de una
herramienta dura y afilada capaz de rayar perfectamente dicha superficie
exterior, con un golpe seco sobre la incisión, el azulejo se parte limpiamente.
Herramientas de esta clase serán las de acero especial (widia, al carburo, al
zirconio, etcétera), de las que a lo mejor ya se dispone para otros menesteres
(por ejemplo, las brocas de widia para taladrar en paredes pétreas). Los
agujeros y taladros pueden realizarse también con esta última clase de brocas,
tanto si se trata de una chicharra manual como de una máquina eléctrica. Por lo
que atañe a la realización de recortes en ángulo o círculos de diámetro
importante, pueden llevarse a cabo a base de efectuar sucesivos taladrados que
sigan el contorno de lo que se tiene que recortar, y, una vez desprendida la
parte que se tiene que eliminar, pulir los cantos con una escofina de grano
fino, o bien con una lima basta. Este mismo procedimiento será aplicable para
efectuar romos en cada esquina de las baldosas que se tengan que reunir a
inglete.
Contrariamente
a lo que ocurre con los materiales pétreos que deben ser recibidos con cemento
u otro material hidráulico, los azulejos se colocan secos si se utilizan
cementos cola.
Los
azulejos actuales son de un espesor menos considerable que los antiguos, y
asimismo son de dimensiones regulares, cosa que facilita en gran manera el
trabajo, pues con los azulejos gruesos se tiene que estar corrigiendo durante
su colocación las diferencias dimensionales que, aunque muy leves, acaban
siendo Considerables al cubrir una superficie importante